Después de un tiempo, por fin me cuadraba todo para poder dar pedales de nuevo con el amigo Julen en un nuevo proyecto, La TransIberia que consiste en cruzar la península Ibérica desde Sagunto hasta Oporto en bici de montaña.
Un problema físico inesperado me ha hecho tener que abandonar la ruta mucho antes de lo previsto. Hace unas semanas, en una salida para preparar la #transiberiamtb, tuve un problema con el coulotte por unas rozaduras en las nalgas (no hace falta que os cuente la importancia que tiene elegir bien la ropa y que conste que ésta pasaba como buena). Pensaba que estaba solucionado pero el primer día aparecieron los problemas con irritación e infalmación y no han aguantado el tute que les he estado dando estos días. No daba tiempo para recuperar unas maltrechas nalgas con 6-7 hrs diarias de pedaleo. En fin, que muy a mi pesar me vuelvo para casa.
En cuanto a la ruta, se nota que la ha diseñado un bombero, además, de los fuertotes. Las dos etapas que he hecho son largas, con bastante desnivel, sin mucha logística al alcance de uno y acompañadas de un calor sofocante hacían que pedalear a partir de las 13,00h fuera un auténtico tostón. Por lo que leí del resto de etapas que tenía.previstas, más de lo mismo.
Algunos pueblos por dónde nos lleva el track son auténticas reliquias del pasado y, al parecer, con muy poco futuro. Los paisajes, entre Ademuz y Taravilla, son espectaculares, transitando por frondosos bosques, acompañados por ríos que dibujan parajes increíbles, pistas en buen estado en la mayoria de tramos y en algunos con sombras que se agradecen a esos pinos que nos ven pasar inmóviles y centenarios. Mucha fauna, como aves, zorros, incluso pudimos ver un ciervo o gamo, en fin, quien sabe. Remarcar la peligrosa bajada del 30% desde lo alto del barranco de la Hoz hasta el Arroyo de la Hoz Seca, en dónde, tanto Julen como yo, pudimos dar con los huesos en tierra, un milagro.
Charlas con los lugareños nos han dado para descubrir ciertas costumbres y comidas típicas del lugar.
En Ademuz nos enteramos de un vecino ha hecho negocio con el zumo de manzanas, que se cultivan gran variedad de ellas y se recogen en octubre. Los toros son una fiesta sagrada por esta zona. En Tragacete nos topamos con uno de esos edificios, pagado con fondos públicos, que no cuadran con la arquitectura rural y que en tiempos mejores servía como centro de interpretación de la serranía de Cuenca, hoy un auténtico vertedero de suciedad y abandono. En la plaza también había, además de la farmacia en dónde nos atendieron muy bién y nos proporcionaron la Pasta al agua para intentar mejoras mis posaderas, un palo de más de 10m de altura con un gancho en lo alto que tienen que agarrar los mozos del pueblo en las fiestas de San Juan, parece mentira pero nos dijeron que nunca había habido ningún batacazo, la altura asusta. En Taravilla, pueblo muy pequeño y la mayoría de casas en ruinas, 33 vecinos censados para votar, de los cuales sólo 22 ejercieron su derecho a voto, todo bien documentado en la puerta del centro social, incluso el reparto de votos. La casa más grande del pueblo, pues sí, la del Clero, si a eso le unimos 2 bares, pues ya tenemos claro en que país se ubica el pueblecito 🙂 poca cosa más excepto el pequeño depósito de agua en dónde Julen se tuvo que subir para encontrar la señal wifi municipal para poder postear, cosas de la modernidad.
En resumen, dejamos la ruta mucho antes de lo previsto, pero podría haber sido peor, al menos hemos podido disfrutar de tres días de pedaleo y buena compañia. Ah y hemos aprendido algo sobre los isotónicos, geles… y sobre 5S digital con algunas App’s del profesor. Buen viaje Julen!
Post etapas Julen:
6- Taravilla – Hontanares
Fotos:
Ángel Vitoria Miñana 